Hoy marzo de 2017, llego el momento de publicar un nuevo escrito realizado por mi trabajo realizado con personas privadas de su libertad (PPL). Han de saber que ha sido un diagnóstico frecuente en los delincuentes, en especial con delitos e Secuestro. algo que he cuestionado desde el 2001, cuando ingrese a trabajar en el sistema penitenciario. no esta por demás, recordarles mi interés por compartir opiniones, cuestionamientos, complementos al presente escrito. en este blog o en mi correo electrónico que es: jaliscoafa@yahoo.com.mx
EL NARCISISMO EN CASOS DE INTERNOS CON DELITO DE
SECUESTRO
MTRO.
PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA
Lo prometido es deuda. Retome la lectura
del DSM-V para releer y analizar el trastorno narcisista de la personalidad y
ampliar el dialogo que iniciamos el día 11/09/15. Para ello es útil en primera
instancia retomar el texto mencionado, que a la letra dice:
Trastorno
general de la personalidad.
A. Patrón
perdurable de experiencia interna y comportamiento que se desvía notablemente de las expectativas
de la cultura del individuo. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de
los ámbitos siguientes:
1. Cognición (es decir, maneras de
percibirse e interpretarse a uno mismo,
a otras personas y a los acontecimientos).
2. Afectividad (es decir, amplitud,
intensidad, labilidad e idoneidad de la repuesta emocional).
3. Funcionamiento interpersonal.
4. Control de los impulsos.
B. El patrón perdurable es inflexible y dominante en una gran variedad de
situaciones personales y sociales.
C. El patrón perdurable causa malestar clínicamente significativo
o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento.
D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se puede remontar al menos a la adolescencia o a las primeras etapas de la edad
adulta.
E. El patrón perdurable no se explica
mejor como una manifestación o consecuencia de otro trastorno mental.
F. El patrón perdurable no se puede
atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un
medicamento) u otra afección médica (p. ej., un traumatismo craneal).
El
texto es de interés porque motiva la reflexión. En los dos casos que mencionamos
está el Sr. Ricardo y Joel Guerrero. Ambos de edad avanzada. El primero de 74
años y el segundo debe estar cercas o en los 50 años de edad. En ambos en
reclusión en 15 años o más. Es por esto que como mínimo cabe el criterio de
“patrón perdurable” del inciso A y el de “larga duración” del inciso D.
Una
primer diferencia con el texto podría relacionarse con su inicio “…remontar al menos a la
adolescencia o a las primeras etapas de la edad adulta”. En la teoría de
desarrollo de la personalidad se establece que ello se da formalmente después
de los 18 años de edad, la consideración de la existencia de una personalidad.
Aunque se puede hablar de rasgos o conductas de personalidad perdurables que se
inician desde la infancia. Lo cual en psicoanálisis se refiere a la “neurosis
de infancia”. Retomando este último concepto es de importancia considerar lo
“perdurable” y la “larga duración”. En ambos casos, lo “dominante” también
puede ser aceptado, ya que no hay grandes cambios en su conducta en el tiempo
que han estado recluidos. Solo habría que confirmar por la historia clínica si
ese comportamiento o forma de ser esta en toda su vida. Lo cual creo posible.
Tu tienes la historia clínica confirmamelo. Si esto es correcto, lo
“inflexible” puede ser aceptado sin gran discusión o desacuerdo.
Donde
veo interés en el texto, es en l inciso C, donde primeramente hay que agregar
al “deterioro en lo social, laboral y otras importantes del funcionamiento”, lo
familiar. Es necesario especificarlo. El deterioro familiar en Ricardo sería
que su familiares también están en reclusión, pero otros familiares aún lo
visitan. Si no recuerdo mal, su matrimonio no se acabó como en el caso de Joel.
En ambos casos el tipo de familia, su integración y su evolución debe
considerarse en la historia clínica familiar. Son diferentes la de Ricardo y la
Joel. El segundo no tuvo conflictos familiares a consecuencia de la reclusión.
Está solo acelero la desintegración de núcleo familiar secundario. De la
familia primaria, no recuerdo sus características. Para en el caso de Joel
saber si fue un niño “díscolo y caprichoso”, que lo hizo demandante, exigente,
hostigante, berrinchudo, poco tolerante a la frustración y la demora.
Características que indudablemente le generan conflictos en las relaciones
interpersonales y transferenciales con su terapeuta. En este último caso
coincidiría con un transferencia negativa, pero al fin transferencia. Te
recuerdo que en nuestra platica te señalaba que el narcisista no habría dicha
posibilidad y coincidiría con la falta de empatía de tales casos. No es lo
mismo falta de empatía y transferencia negativa. Esta última me parece que
correspondería más a Joel. Porque te menciono esto, porque hay que cuestionar
¿si el deterioro familiar en los narcisistas y otros trastornos es igual o hay
diferencias?
Cuando
el DSM-V se refiere a “El patrón perdurable causa
malestar clínicamente significativo” me
preguntaba por esa sensación de malestar, que ambos casos no la veo presente, a
pesar del deterioro, social, laboral o familiar, que se da como consecuencia de
la reclusión. Su supuesta comunicación de tal “malestar”, en Joel no está, el
manifiesta resentimiento, hostilidad, enojo, coraje pero ¿“… malestar clínicamente significativo”?
Y la aceptación del delito en Ricardo, no parece coincidir emotivamente con
ello. No hay que descartar que ahora tiene la promesa de una preliberación. En
ambos casos dicho “malestar” se acerca más a la queja cotidiana y la busquedad
de manipulación y generar conmiseración y simpatía en su terapeuta, para
obtener la propuesta favorable. El día 11/09/15, vi en la sala de espera al Sr.
Ricardo y me saludo muy cordialmente, lo conozco hace varios años y fui su
psicólogo. Estaba sentado esperando pacientemente a que se le atendiera. ¿Esa
sería la actitud de un narcisista? Me parece que puedo afirmar que no. Otro
dato que debemos tener presente con el Sr. Ricardo es su declaración oficial de
negación en la participación en el delito y en la omisión solo de denunciar la
gestación del delito, de lo cual él tuvo conocimiento. De momento se
solucionaría fácilmente esto al señalar que no denuncia porque estaban
involucrados familiares, hijo. Esto retrae a mi memoria las características de
los narcisistas y no puedo evitar preguntarme ¿si ellos serían tan
condescendientes en sus relaciones familiares? El éxito o la grandiosidad debe
incluir a la familia que tiene, pero ello no parece estar presente en el sr.
Ricardo. Más bien parece un “viejito bonachón”, ¿pero narcisista?
Como
últimas preguntas me surge la duda ¿el Sr. Ricardo era taxista? Si es
afirmativo vuelvo a preguntar ¿narcisista?. O ¿acaso como mínimo tenía una
flotilla de taxis? ¿Cómo empezó su labor en los taxis? Porque si fue buen
trabajador como chofer o en otros empleos, hay que repreguntar ¿narcisista?
Incursionando
en el tema, que ya ha insistido debemos considerar los criterios de la
personalidad narcisista que son:
Trastorno de la personalidad Narcisista
Patrón dominante de grandeza (en la
fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía,
que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos
contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
1. Tiene sentimientos de grandeza y
prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como
superior sin contar con los correspondientes éxitos).
2. Está absorto en fantasías de éxito,
poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
3. Cree que es “especial” y único, y que
sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o
instituciones) especiales o de alto estatus.
4. Tiene una necesidad excesiva de
admiración.
5. Muestra un sentimiento de privilegio
(es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o
de cumplimiento automático de sus expectativas).
6. Explota las relaciones
interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
7. Carece de empatía: no está dispuesto
a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
8. Con frecuencia envidia a los demás o
cree que éstos sienten envidia de él.
9. Muestra comportamientos o actitudes
arrogantes, de superioridad.
Analicemos
los que menciona el DSM-V. En el Sr. Ricardo habría las “(fantasía o en
comportamiento) grandeza o la necesidad de admiración”, no me parece congruente
en él. Y en Joel, es exigente, demandante, problemático, poco tolerante a la
frustración y la demora, ¿por “berrinchudo” o por narcisista? Me parece que la
primer opción es la más viable para él. Decía anteriormente, que si lo que el
establece con su terapeuta es falta de empatía o transferencia negativa. Si
tuviera la primera no establecería relación terapéutica y seguiría peleando
también. Pero su pleito o reclamo no es por fantasías de grandiosidad o
necesidad de admiración, sino por lograr sus propósitos. En realidad lo que
recuerdo de u caso, su pleito es por su esposa y sus hijos o su familia,
secundariamente. Su enojo por su reclusión, que declara es injusta pero ¿exagerar
sus logros y talentos, esperar ser reconocido como superior sin contar con los
correspondientes éxitos? El solo vendía las faltas en área educativa en el
C.P.R.S. Ecatepec, por una lata de coca-cola. Vio la oportunidad y la
aprovecho. Lo que si no discutiría de que tenga es la “prepotencia”, pero no es
una característica exclusiva de los narcisistas, cuando menos el obsesivo o el
paranoico la también la tienen. Tampoco creo que este “absorto en fantasías de
éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado”. Aunque si en “Creerse
que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede
relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus”.
Creyendo que porque es gobierno el reclusorio, no está a su “altura”. Esta
característica también la señala Freud en su texto “Los que delinquen por
sentimientos de culpa” y que analiza la conducta de los niños “díscolos”.
Otras
características en Joel, que son confiables asignárselas son el tener
“actitudes de arrogancia o de superioridad” él dice que no “siente envidia de
los demás”, pero si se queda instalado en “los demás sienten envidia de él” No
debemos descartar como dinamismo, que la negación de su envidia, en realidad
solo es una afirmación por negación y la envidia de los es una forma de
racionalización.
En
el proceso de diagnóstico no solo se debe describir literalmente los criterios,
sino explicar cómo es que se dan. Algunos son “dominantes” pero no exclusivos.
En el caso de Joel, esa forma de pelear y reclamar, es probable que sea el
determinante para que en cierta época se le asignara el diagnóstico de
personalidad pasiva agresiva. En realidad no hay un ejercicio directo de la
agresividad, pr ello coincidiría más con el de pasivo agresivo, ya que la
agresividad es una característica dominante. Los componentes para una
personalidad obsesiva no se cumplirían en su totalidad. Otra característica que
haría pensar en él como narcisista es su tendencia a la manipulación. Pero si
lo es como obsesivo, no solo es manipulador el obsesivo sino también
controlador. Y el pasivo agresivo los es con ambas características, la
pasividad y la agresividad.
No
hay que olvidar, que se debe tener presente, porque la novela de Oscar Wilde,
describiría adecuadamente lo que sería una verdadera personalidad narcisista.
Muchas de las características descritas en la personalidad narcisista del
DSM-V, no son privativas y exclusivas de este.
En
cuanto a que si sería simbólicamente yo el único que tendría ese diagnóstico no
lo creo, porque no hay “sentimiento de malestar” ni “deterioro clínicamente
significativo”. Como rasgos, te recuerdo que hay que retomar el psicoanálisis,
que habla de dos tipos de narcisismo, el primario y el secundario. La mayoría
tenemos desarrollado ese narcisismo secundario, pero como constitutivo de la
psíque humana, el narcisismo primario sería más primitivo. Ese sería el que
correspondería a la personalidad narcisista.
Más
que narcisista, hay que retomar la capacidad de organización, que implica la
planeación y la anticipación en los casos de secuestradores. Pero ello en
relación a los intelectuales y no en relación a los seguidores o ejecutores.
Intelectualmente son brillantes, no solo por instrucción académica y sino por lo que se conoce como inteligencia
cotidiana. No hay que ser estudiado para ser inteligente.
Por
último, solo me resta pedirte tus comentarios a la presente, agradeciéndote la
plática, que aunque breve tuvimos al respecto, pues estímulo mi mente para
aclarar este tema. Mi vida es el pensar. Además te solicito un breve resumen de
ambos casos. Los datos más significativos.
De
momento solo contemplo en el caso de Joel, parte de su tratamiento. El insistía
en su interés para que su psicólogo citara a sus hijos a sesión en el interior
del C.P.R.S Ecatepec. Cuando se le señala que se puede hacer ello para conocerlos,
pero que en ese caso él no tendría acceso a la sesión. Enojado y agresivamente
se niega a ello, porque dice es algo que él no autorizaría. Se amplía el
análisis, a fin de conocer la motivación de su petición. Est se relaciona con
la posibilidad de cuestionar y encargar a sus hijos, en especial el mayor y
varón, de cuidar a su madre y comunicarle a él, cuando hablarán por teléfono de
que hacia ella. Si salía por las noches sola o si tenía alguna pareja. Al
señalarle tal motivo, el sujeto se enoja aún más, sin considerar que la
entrevista se puede dar mediante el apoyo de trabajo social y en el exterior
del reclusorio, en la explanada.
A
veces es de utilidad evitar los tecnisismos para incursionar en los
diagnósticos. De esta manera preguntaría ¿si los “sangrones” son narcisistas o
no? Porque ese calificativo aunque peyorativo, no técnico, poco serio se
acercaría más a Joel.
MTRO.
PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA
C.P.R.S.
Ecatepec
jaliscoafa@yahoo.
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