sábado, 4 de marzo de 2017

PERSONALIDAD NARCISISTA

Hoy marzo de 2017, llego el momento de publicar un nuevo escrito realizado por mi trabajo realizado con personas privadas de su libertad (PPL). Han de saber que ha sido un diagnóstico frecuente en los delincuentes, en especial con delitos e Secuestro. algo que he cuestionado desde el 2001, cuando ingrese a trabajar en el sistema penitenciario. no esta por demás, recordarles mi interés por compartir opiniones, cuestionamientos, complementos al presente escrito. en este blog o en mi correo electrónico que es: jaliscoafa@yahoo.com.mx


EL NARCISISMO EN CASOS DE INTERNOS CON DELITO DE SECUESTRO

MTRO. PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA

Lo prometido es deuda. Retome la lectura del DSM-V para releer y analizar el trastorno narcisista de la personalidad y ampliar el dialogo que iniciamos el día 11/09/15. Para ello es útil en primera instancia retomar el texto mencionado, que a la letra dice:

Trastorno general de la personalidad.
A. Patrón perdurable de experiencia interna y comportamiento que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de los ámbitos siguientes:
1. Cognición (es decir, maneras de percibirse e interpretarse  a uno mismo, a otras personas y a los acontecimientos).
2. Afectividad (es decir, amplitud, intensidad, labilidad e idoneidad de la repuesta emocional).
3. Funcionamiento interpersonal.
4. Control de los impulsos.
B. El patrón perdurable es inflexible y dominante en una gran variedad de situaciones personales y sociales.
C. El patrón perdurable causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se puede remontar al menos a la adolescencia o a las primeras etapas de la edad adulta.
E. El patrón perdurable no se explica mejor como una manifestación o consecuencia de otro trastorno mental.
F. El patrón perdurable no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) u otra afección médica (p. ej., un traumatismo craneal).

El texto es de interés porque motiva la reflexión. En los dos casos que mencionamos está el Sr. Ricardo y Joel Guerrero. Ambos de edad avanzada. El primero de 74 años y el segundo debe estar cercas o en los 50 años de edad. En ambos en reclusión en 15 años o más. Es por esto que como mínimo cabe el criterio de “patrón perdurable” del inciso A y el de “larga duración” del inciso D.
Una primer diferencia con el texto podría relacionarse con su inicio “…remontar al menos a la adolescencia o a las primeras etapas de la edad adulta”. En la teoría de desarrollo de la personalidad se establece que ello se da formalmente después de los 18 años de edad, la consideración de la existencia de una personalidad. Aunque se puede hablar de rasgos o conductas de personalidad perdurables que se inician desde la infancia. Lo cual en psicoanálisis se refiere a la “neurosis de infancia”. Retomando este último concepto es de importancia considerar lo “perdurable” y la “larga duración”. En ambos casos, lo “dominante” también puede ser aceptado, ya que no hay grandes cambios en su conducta en el tiempo que han estado recluidos. Solo habría que confirmar por la historia clínica si ese comportamiento o forma de ser esta en toda su vida. Lo cual creo posible. Tu tienes la historia clínica confirmamelo. Si esto es correcto, lo “inflexible” puede ser aceptado sin gran discusión o desacuerdo.
Donde veo interés en el texto, es en l inciso C, donde primeramente hay que agregar al “deterioro en lo social, laboral y otras importantes del funcionamiento”, lo familiar. Es necesario especificarlo. El deterioro familiar en Ricardo sería que su familiares también están en reclusión, pero otros familiares aún lo visitan. Si no recuerdo mal, su matrimonio no se acabó como en el caso de Joel. En ambos casos el tipo de familia, su integración y su evolución debe considerarse en la historia clínica familiar. Son diferentes la de Ricardo y la Joel. El segundo no tuvo conflictos familiares a consecuencia de la reclusión. Está solo acelero la desintegración de núcleo familiar secundario. De la familia primaria, no recuerdo sus características. Para en el caso de Joel saber si fue un niño “díscolo y caprichoso”, que lo hizo demandante, exigente, hostigante, berrinchudo, poco tolerante a la frustración y la demora. Características que indudablemente le generan conflictos en las relaciones interpersonales y transferenciales con su terapeuta. En este último caso coincidiría con un transferencia negativa, pero al fin transferencia. Te recuerdo que en nuestra platica te señalaba que el narcisista no habría dicha posibilidad y coincidiría con la falta de empatía de tales casos. No es lo mismo falta de empatía y transferencia negativa. Esta última me parece que correspondería más a Joel. Porque te menciono esto, porque hay que cuestionar ¿si el deterioro familiar en los narcisistas y otros trastornos es igual o hay diferencias?
Cuando el DSM-V se refiere a “El patrón perdurable causa malestar clínicamente significativo” me preguntaba por esa sensación de malestar, que ambos casos no la veo presente, a pesar del deterioro, social, laboral o familiar, que se da como consecuencia de la reclusión. Su supuesta comunicación de tal “malestar”, en Joel no está, el manifiesta resentimiento, hostilidad, enojo, coraje pero ¿“… malestar clínicamente significativo”? Y la aceptación del delito en Ricardo, no parece coincidir emotivamente con ello. No hay que descartar que ahora tiene la promesa de una preliberación. En ambos casos dicho “malestar” se acerca más a la queja cotidiana y la busquedad de manipulación y generar conmiseración y simpatía en su terapeuta, para obtener la propuesta favorable. El día 11/09/15, vi en la sala de espera al Sr. Ricardo y me saludo muy cordialmente, lo conozco hace varios años y fui su psicólogo. Estaba sentado esperando pacientemente a que se le atendiera. ¿Esa sería la actitud de un narcisista? Me parece que puedo afirmar que no. Otro dato que debemos tener presente con el Sr. Ricardo es su declaración oficial de negación en la participación en el delito y en la omisión solo de denunciar la gestación del delito, de lo cual él tuvo conocimiento. De momento se solucionaría fácilmente esto al señalar que no denuncia porque estaban involucrados familiares, hijo. Esto retrae a mi memoria las características de los narcisistas y no puedo evitar preguntarme ¿si ellos serían tan condescendientes en sus relaciones familiares? El éxito o la grandiosidad debe incluir a la familia que tiene, pero ello no parece estar presente en el sr. Ricardo. Más bien parece un “viejito bonachón”, ¿pero narcisista?
Como últimas preguntas me surge la duda ¿el Sr. Ricardo era taxista? Si es afirmativo vuelvo a preguntar ¿narcisista?. O ¿acaso como mínimo tenía una flotilla de taxis? ¿Cómo empezó su labor en los taxis? Porque si fue buen trabajador como chofer o en otros empleos, hay que repreguntar ¿narcisista?
Incursionando en el tema, que ya ha insistido debemos considerar los criterios de la personalidad narcisista que son:

Trastorno de la personalidad Narcisista
Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.
5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).
6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

Analicemos los que menciona el DSM-V. En el Sr. Ricardo habría las “(fantasía o en comportamiento) grandeza o la necesidad de admiración”, no me parece congruente en él. Y en Joel, es exigente, demandante, problemático, poco tolerante a la frustración y la demora, ¿por “berrinchudo” o por narcisista? Me parece que la primer opción es la más viable para él. Decía anteriormente, que si lo que el establece con su terapeuta es falta de empatía o transferencia negativa. Si tuviera la primera no establecería relación terapéutica y seguiría peleando también. Pero su pleito o reclamo no es por fantasías de grandiosidad o necesidad de admiración, sino por lograr sus propósitos. En realidad lo que recuerdo de u caso, su pleito es por su esposa y sus hijos o su familia, secundariamente. Su enojo por su reclusión, que declara es injusta pero ¿exagerar sus logros y talentos, esperar ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos? El solo vendía las faltas en área educativa en el C.P.R.S. Ecatepec, por una lata de coca-cola. Vio la oportunidad y la aprovecho. Lo que si no discutiría de que tenga es la “prepotencia”, pero no es una característica exclusiva de los narcisistas, cuando menos el obsesivo o el paranoico la también la tienen. Tampoco creo que este “absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado”. Aunque si en “Creerse que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus”. Creyendo que porque es gobierno el reclusorio, no está a su “altura”. Esta característica también la señala Freud en su texto “Los que delinquen por sentimientos de culpa” y que analiza la conducta de los niños “díscolos”.
Otras características en Joel, que son confiables asignárselas son el tener “actitudes de arrogancia o de superioridad” él dice que no “siente envidia de los demás”, pero si se queda instalado en “los demás sienten envidia de él” No debemos descartar como dinamismo, que la negación de su envidia, en realidad solo es una afirmación por negación y la envidia de los es una forma de racionalización.
En el proceso de diagnóstico no solo se debe describir literalmente los criterios, sino explicar cómo es que se dan. Algunos son “dominantes” pero no exclusivos. En el caso de Joel, esa forma de pelear y reclamar, es probable que sea el determinante para que en cierta época se le asignara el diagnóstico de personalidad pasiva agresiva. En realidad no hay un ejercicio directo de la agresividad, pr ello coincidiría más con el de pasivo agresivo, ya que la agresividad es una característica dominante. Los componentes para una personalidad obsesiva no se cumplirían en su totalidad. Otra característica que haría pensar en él como narcisista es su tendencia a la manipulación. Pero si lo es como obsesivo, no solo es manipulador el obsesivo sino también controlador. Y el pasivo agresivo los es con ambas características, la pasividad y la agresividad.
No hay que olvidar, que se debe tener presente, porque la novela de Oscar Wilde, describiría adecuadamente lo que sería una verdadera personalidad narcisista. Muchas de las características descritas en la personalidad narcisista del DSM-V, no son privativas y exclusivas de este.
En cuanto a que si sería simbólicamente yo el único que tendría ese diagnóstico no lo creo, porque no hay “sentimiento de malestar” ni “deterioro clínicamente significativo”. Como rasgos, te recuerdo que hay que retomar el psicoanálisis, que habla de dos tipos de narcisismo, el primario y el secundario. La mayoría tenemos desarrollado ese narcisismo secundario, pero como constitutivo de la psíque humana, el narcisismo primario sería más primitivo. Ese sería el que correspondería a la personalidad narcisista.
Más que narcisista, hay que retomar la capacidad de organización, que implica la planeación y la anticipación en los casos de secuestradores. Pero ello en relación a los intelectuales y no en relación a los seguidores o ejecutores. Intelectualmente son brillantes, no solo por instrucción académica  y sino por lo que se conoce como inteligencia cotidiana. No hay que ser estudiado para ser inteligente.
Por último, solo me resta pedirte tus comentarios a la presente, agradeciéndote la plática, que aunque breve tuvimos al respecto, pues estímulo mi mente para aclarar este tema. Mi vida es el pensar. Además te solicito un breve resumen de ambos casos. Los datos más significativos.
De momento solo contemplo en el caso de Joel, parte de su tratamiento. El insistía en su interés para que su psicólogo citara a sus hijos a sesión en el interior del C.P.R.S Ecatepec. Cuando se le señala que se puede hacer ello para conocerlos, pero que en ese caso él no tendría acceso a la sesión. Enojado y agresivamente se niega a ello, porque dice es algo que él no autorizaría. Se amplía el análisis, a fin de conocer la motivación de su petición. Est se relaciona con la posibilidad de cuestionar y encargar a sus hijos, en especial el mayor y varón, de cuidar a su madre y comunicarle a él, cuando hablarán por teléfono de que hacia ella. Si salía por las noches sola o si tenía alguna pareja. Al señalarle tal motivo, el sujeto se enoja aún más, sin considerar que la entrevista se puede dar mediante el apoyo de trabajo social y en el exterior del reclusorio, en la explanada.
A veces es de utilidad evitar los tecnisismos para incursionar en los diagnósticos. De esta manera preguntaría ¿si los “sangrones” son narcisistas o no? Porque ese calificativo aunque peyorativo, no técnico, poco serio se acercaría más a Joel.

MTRO. PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA
C.P.R.S. Ecatepec
jaliscoafa@yahoo. com.mx